domingo, 21 de agosto de 2011

ELPERIPLO HISTÓRICO DE SAN FRANCISCO (Crónica)

EL PERIPLO HISTÓRICO
DE SAN FRANCISCO


Julio Fernández
Periodista y profesor universitario

Lo más próximo


Desde su origen y hasta la creación del Municipio autónomo, 1o que hoy se conoce como San Francisco, perteneció al Cantón Maracaibo, primero y al Distrito Maracaibo después. Esa realidad histórica, en gran medida, dificulta la reconstrucción de su específico acontecer ya que toda actividad económica, social, política o cultural, que se producía en su entorno, pasaba a ser parte del acontecer maracaibero. Lamentablemente estuvimos, hasta el 22 de enero de 1995, unidos por un cordón umbilical a la metrópoli marabina que nos impidió descubrir nuestras propias potencialidades.

Esta realidad queda demostrada cuando se investiga el Anuario Estadístico del Zulia y palpamos la vivencia del Coronel Agustín Codazzi cuando expresa: "Maracaibo es el depósito de las producciones de sus poblaciones y de las provincias... los buques de Europa y demás partes de la América depositan allí también sus mercancías... de modo que dicha ciudad es un emporio". Y Ramón Santaella en su trabajo: La Dinámica del Espacio en la Cuenca del Lago de Maracaibo destaca la importancia de Maracaibo en el siglo XIX como puerto y centro de la estructura espacial cuando afirma:     " ... gracias a la producción de sus poblaciones vecinas" ... robándole de esa manera a los pueblos en cuestión su protagonismo dentro del proceso histórico del Zulia y de la nación". Entre esos pueblos estaba, por supuesto San Francisco.

Lo más lejano

En el extenso territorio de la Cuenca del Lago de Maracaibo, después de la llegada de Colón, sobre todo en el siglo XVI, arreciaba la conquista y la colonización española. El enfrentamiento entre los indígenas que defendían sus territorios y los europeos debió ser funesto. Desde la sabana en la que
se asentaron las primeras comarcas originarias de la ciudad de Maracaibo hacia el sur, hasta el río Apón, diversos grupos étnicos: onotos, macuaes, coyamas, chaques, aliles, quiriquires, cocinas y aramotos ocuparon en diversos momentos históricos esos microespacios. Estos grupos que debemos entender fueron nuestros antepasados también libraron una férrea lucha contra la fuerza invasora pero al final las armas de fuego acallaron la fortaleza· física y las flechas de los nativos del Zulia legendario. Fueron tan brutales estos hechos que el Cronista español Fray Pedro Simón al escribir sus Memorias señaló que: no habían quedado en la laguna de Maracaibo para 1627 más que cuatro pueblos de indios en su lado nororiental: Paraute, Misoa, Tomoporo y Mopico.


Por el acoso a que fueron sometidos los indígenas que habitaban las riberas del Lago de Maracaibo los que no perecieron, o no fueron capturados como esclavos, se replegaron hacia lugares distantes como la Sierra de Perijá. De estos grupos originarios se derivaron los actuales grupos Yucpa y bari, entre otros.

¿Qué ocurrió después?
Mermada  la tempestad vino la calma. Luego de los sucesos sangrientos de la conquista y alcanzada medianamente la paz en los territorios que en el presente ocupa el Municipio San Francisco, se produjo un poblamiento gradual y espontáneo de colonos, no sólo en las riberas del Lago, sino también en las sabanas, tierra adentro. Los colonos comenzaron a convivir no sólo con su propio grupo racial sino que se mezclaron con los aborígenes que sobrevivieron a la hecatombe inicial, produciéndose el mestizaje qué conocemos, sumándose, paulatinamente, la sangre de los negros que desde 151 7 fueron traídos de África por iniciativa del Padre Bartolomé de las Casas que tuvo mucha lástima por los indios que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas.
En el devenir de las sociedades se procura un nombre que identifique y le conceda unidad geográfica y humana a los asientos poblacionales. Por ello a esa extensa región, desde los linderos de Maracaibo hasta la actual Cañada de Urdaneta, ocupada por colonos que vivían de la pesca, de la caza y, preferentemente de la agricultura (cultivaban ajíes, rábanos, remolacha, zanahoria) fue conocida con el nombre genérico de La Cañada. Nos atrevemos a afirmar que con este hecho, aparentemente simple, se comenzó a darle sentido de pertenencia a lo que hoy conocemos como San Francisco. Esto ocurrió aproximadamente en el año de 1688.

Los primeros cañaderos se dividen

Estos territorios amplios y poco poblados debido a la necesidad que tuvieron sus pobladores de interactuar y resolver más fácilmente los problemas cotidianos se dividen .. Esto ocurrió con La Cañada que se subdividió a [males del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, en tres partidos (entiéndase comunidad, vecindario): partido Cañada de Allá Dentro, que comprende la actual Cañada de Urdaneta; partido Cañada Baja referido" al territorio de la costa que se iniciaba en la Ranchería, hasta la cañada de Bajo Grande, unos 15 kilómetros de largo y una legua de ancho. Cañada Baja que ocupaba una parte de Los Haticos y los espacios que en el presente ocupan las parroquias Francisco Ocho a, San Francisco y El Bajo. Cañada Alta junto con Jobo Alto y Jobo Bajo comprendía la parte oeste del actual municipio. Estos partidos eran considerados territorios rurales del Cantón Maracaibo.

Los hatos: símbolo de grandeza del San Francisco de ayer.

Cañada Baja y Alta, fueron asiento de grandes y hermosos hatos. El más antiguo fue El Guadual (1620-1630) situado en la actual parroquia el Bajo. Allí se estableció el priiller grupo poblacional de San Francisco. Otros hatos por su antigüedad fueron Santa Ana, El Homito, La Punta de Don Francisco, El Paraíso, San Isidro, El Rincón, El Socorro y Chiquinquirá, El Caujaro y Caujarito, entre otros.

Nuestra primera parroquia civil.

Esto ocurrió en 1844 cuando se crea el partido "Chocolate" (actual territorio de Los Haticos) que junto al partido Cañada Baja, es decir el San Francisco viejo, el tradicional e histórico, constituyen la parroquia civil "El Rosario" Este hecho tuvo una gran resonancia social y política. Se crearon los primeros Jueces de Paz. En 1861 lo que había sido parroquia "El Rosario" aparece en diferentes documentos testimoniales con el nombre de Cristo de Aranza. Sin embargo fue un simple cambio de nombre porque las autoridades de la nueva entidad continuaron siendo las mismas.


Cristo de Aranza Norte y Sur.

En 1874 por su auge demográfico, por su extensión geográfica y con el [m de mejorar su administración Cristo de Aranza se subdivide. La del Norte comprendía el territorio entre Caño El Manglar hasta la cañada del Manzanillo y Cristo de Aranza Norte desde allí hasta la cañada de Bajo Grande.

¡Aleluya¡ nació San Francisco.

Antes de 1736 en el sitio de La Cañada, fue fundado el hato "La Punta de Don Francisco y el lugar tomó el nombre del hato. Allí nació un caserío que se constituyó en el centro poblado de mayor arraigo y tradición. En ese lugar se construyeron la primera iglesia, la primera casa municipal, el primer juzgado, la primera escuela y el primer cementerio. También se comenzó a llamar "plaza" al terreno situado frente a la Iglesia.

El hato "La Punta de Don Francisco" fue fundado posiblemente, por Don Francisco Lizaurzábal, a quien la corona española le concedió licencia para construir un oratorio en dicho hato, el 22 de diciembre de 1836. Después tuvo varios propietarios hasta que fue adquirido en 1870 por Francisco López, hombre caritativo y bondadoso. Su hato tenía un pozo de agua dulce que abastecía a buena parte del caserío. La gente agradecida con el correr del tiempo comenzó a decir "vamos al hato de Don Francisco". En 1903 al morir Zoilo Araujo, dueño del hato, su esposa e hijos lo venden a Telemina Soto. Ya para esta fecha dicho hato no se llama Don Francisco, sino "San Francisco", según revelan los documentos de traspaso de la propiedad. De lo expuesto se desprende'" que por una evolución del nombre "La Punta de Don Francisco" se simplifica y se termina llamando al hato y al caserío circunvecino "San Francisco".

Para concluir, en 1881, se reconoce por primera vez el nombre San Francisco, lo cual ocurrió en la sesión ordinaria del Concejo Municipal de Maracaibo que estaba bajo la dirección del bachiller Abraham Belloso. En esa misma sesión fueron electas las primeras juntas parroquiales.

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