jueves, 20 de octubre de 2011
LA PARTIDA (Prosa Poética)
Se fue sin decir nada. Sin pronunciar palabra.
No la vimos partir. Tuvo miedo del adiós. Dejó su nombre escrito en todas partes, su cuerpo se lo llevó el viento, el dolor, el desencanto.
Su dolor era suyo. Era mío también, era del aire que respiraba.
Era del suelo que pisaba, de la hoja que tocaba, de la canción que entonaba, de la oración que, en silencio, rezaba.
Se fue sin decir nada. Sin pronunciar palabra.
Con ella se fugaron las alegrías, las esperanzas que abrigamos. Con ella se esfumó el aire que respiramos.
Sin ella las plantas que fueron suyas y mías, lloran. El perro de la casa no ladra más.
Las paredes enmudecieron, las luces se apagaron en los espacios que su imagen conoció.
Se fue sin decir nada. Sin pronunciar palabra.
Los vecinos ya no llaman, el cartero no trae buenas nuevas, el fogón apagó su brasa.
El molino de viento no gira y el espejo del cuarto apagó su brillo.
El viento de la noche, la luna llena, las estrellas, el sol del amanecer, el rocío: todos los elementos de la naturaleza me preguntan por ella, y yo no sé qué responderles.
Regresa amor para que retorne el pedazo de mi vida que se fue contigo. Vuelve para que la luz del Universo recobre la estela que tu partida envolvió en su sombra.
Se fue sin decir nada. Sin pronunciar palabra.
Sin pronunciar palabra, sin decir nada, algún día volverá.
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